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Celebramos un nuevo Día de los y las adolescentes y jóvenes por la inclusión social y la convivencia contra toda forma de violencia y discriminación

En conmemoración del natalicio de Ana Frank, la Ley 26.809, promovida por el Centro Ana Frank América Latina, establece el 12 de junio como el «Día de los adolescentes y jóvenes por la inclusión social y la convivencia contra toda forma de violencia y discriminación».

Esta efeméride se incorpora al calendario escolar a partir de la Resolución 212/13  del Consejo Federal de Educación, con el objetivo de preservar la memoria de Ana Frank, el Holocausto, sus víctimas y de contribuir a la construcción de una sociedad libre de discriminaciones y xenofobia, en donde los y las jóvenes tengan un papel central.

 

¿Por qué recordamos a Ana Frank?

A partir de la figura de Ana Frank y su legado, podemos iluminar un pasado preciso, complejo y doloroso: el Holocausto, para reflexionar sobre nuestro presente y futuro, buscando construir lazos de convivencia en donde la inclusión y la diversidad sean los pilares para poder vivir una vida sin discriminaciones ni violencias para todos y todas.

Conocer la historia y los ideales de Ana Frank, a través de la lectura de su diario, es un modo de promover el protagonismo de los y las adolescentes y jóvenes en la lucha contra el prejuicio, las prácticas discriminatorias y la opresión. Es también una oportunidad para fortalecer la democracia y promover la plena vigencia de los Derechos Humanos. 

Se trata de una invitación a pensar en distintas dimensiones: 

¿Qué significa ser joven y adolescente?

¿Qué  las y los caracteriza, además de constituir una franja etaria?

¿Qué sentidos sociales e históricos ha tenido la «juventud»? 

¿Qué lugares ocupan las y los jóvenes y adolescentes en las sociedades? 

¿Es igual en todas las sociedades?

¿Ha sido igual en todos los tiempos?

¿Cómo trabajar en el aula el Día de los y las adolescentes?

Desde el Instituto de Formación Docente del Centro Ana Frank creamos múltiples propuestas para llevar a las aulas.

¡Descarga nuestro material gratuito para trabajar la historia de Ana en el aula!

 

¿Quién fue Ana Frank?

Hija de Edith Hollander y Otto Frank, Ana Frank nació en Fráncfort del Meno, Alemania, en 1929 y  tuvo una hermana mayor llamada Margot. Debido a las medidas antijudías desplegadas en Alemania desde el ascenso del nazismo en 1933, la familia Frank tuvo que exiliarse en Amsterdam, Holanda. Al igual que millones de judíos y judias en Europa, Ana sufrió el odio y la discriminación que llevaron a la muerte a una parte importante de este pueblo.

En Amsterdam su padre se dedicaba a trabajar en su fábrica de pectina hasta que los nazis invadieron la ciudad y la familia completa, a partir de julio de 1942, se vio obligada a vivir escondida en la llamada «Casa de atrás», un escondite dentro de las propias oficinas de la fábrica de Otto. Durante este confinamiento, compartieron el escondite con Hermann van Pels —quien trabajaba con Otto—, su esposa Auguste Röttgen, su hijo Peter van Pels y Fritz Pfeffer, amigo de la familia Frank.

Ana tenía un fuerte anhelo de ser periodista y escritora por lo que, a sus trece años, sus padres le regalaron un diario íntimo al que llamó Kitty, y en donde ella escribía sobre sus sentimientos y emociones. 

 

En su diario, Ana escribió:

“Cuando escribo se me pasa todo, mis penas desaparecen, mi valentía revive. Pero entonces surge la gran pregunta: ¿podré escribir algo grande algún día? ¿Llegaré algún día a ser periodista y escritora?

¡Espero que sí, ay, pero tanto que sí! Porque al escribir puedo plasmarlo todo: mis ideas, mis ideales y mis fantasías» 5 de abril 1944

El 4 de agosto de 1944 los Frank fueron delatados a través de una denuncia anónima. Fueron apresados y luego enviados a campos de concentración y exterminio. Ana muere junto a su hermana en el campo de Bergen-Belsen por tifus. Su madre fallece en Birkenau, y solo su padre, Otto, logra sobrevivir al Holocausto. 

Miep Gies y Bep Voskuijl, dos de las personas que protegieron a los Frank mientras estuvieron escondidos, encontraron y guardaron el diario de Ana y se lo entregaron a su padre Otto una vez finalizada la guerra. 

El 25 de junio de 1947, Otto Frank publicó la primera edición de El diario de Ana Frank con la esperanza de que la lectura de las palabras de su hija contribuyera a la toma de conciencia sobre la discriminación, la xenofobia y el racismo. 

 

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