San Carlos una ciudad histórica inolvidable

San Carlos es una pequeña ciudad histórica al norte de Cafayate, en la Ruta 40, y está considerada un "lugar histórico nacional" en Argentina, en gran parte debido a la falta de lugares de este tipo: gran parte de Argentina bajo el dominio español era simplemente un punto de escala para transportar preciosas carretas de carga desde las minas de Perú hasta el puerto de Buenos Aires.

El valle estuvo habitado por los indios calchaquíes y los intentos de establecer un asentamiento español fueron infructuosos: los indios eran hostiles y asolaron varias veces San Carlos (aunque entonces el asentamiento tenía otro nombre) durante las llamadas "guerras calchaquíes". Sin embargo, los españoles consiguieron establecer una misión jesuita en 1637, que dio nombre al pueblo. San Carlos podría haberse convertido en la capital de la región por su mayor población, pero la elección recayó finalmente en Salta.

Ahora San Carlos es un pueblo soñoliento, tranquilo y bañado por el sol, con una plaza central, una antigua iglesia y un museo. La iglesia resultó ser realmente histórica, con el altar y el púlpito originales construidos por los indios (que, no por la fuerza, sino por la fe, seguían integrados en las sociedades para trabajar juntos en beneficio de la corona española) allá por los tiempos de la colonia. Por cierto, descendientes de estos mismos indios aún pasean por las soleadas calles de San Carlos; en este sentido, el norte de Argentina es la región amerindia más auténtica del país.

En el museo de San Carlos se exponen piezas arqueológicas indígenas anteriores a la llegada de los españoles. Hay que entender que los indígenas de Argentina, incluso en los lugares a los que llegaron los incas, no han dejado tanto como los mundialmente conocidos mayas, aztecas e incas. La falta de una escritura descifrada ha excluido a estos pueblos de la lista de las civilizaciones precolombinas de América desde el punto de vista de las universidades occidentales.

Sí, en ese sentido Argentina es mucho más pobre que México, Perú o incluso Colombia. Y el museo más interesante ("museo de arqueología del norte") está en Salta. Pero sin embargo algo queda y se recoge y estudia cuidadosamente en la Argentina contemporánea. Y mucho resulta muy original, aunque quizá no tan llamativo. Además, el Museo de San Carlos es moderadamente oscuro y fresco. No sabes si te estás volviendo loco por el sol brillante, del que las gafas oscuras no te protegen, o por el calor.

El monumento al perro que acompañó a los peregrinos en 2004 fue llevado a Salta desde donde regresó a San Carlos tras recorrer 200 km (en realidad fueron menos).

La iglesia por dentro es digna de mención. Las iglesias coloniales reflejan la forma de pensar de los indios que las construyeron.

Las tinajas funerarias son el rasgo más memorable de las culturas andinas de esas latitudes (desde Jujuy hasta San Juan, o quizá aún más lejos, hasta Mendoza), y los dibujos en las paredes difícilmente puedan llamarse graffitis, sino más bien obras de arte. Si te cansas de ver sitios históricos, aprovecha la oferta 22bet y haz que tus vacaciones sean aún más inolvidables.

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