Entre el 9 y el 20 de septiembre, el Centro Ana Frank Argentina para América Latina (CAFA), representante de la Anne Frank House, organizó el viaje de su Delegación Oficial a Ámsterdam, La Haya y Berlín. El grupo estuvo compuesto por 57 personas, entre ellas, 28 educadores ganadores de la Beca Claims Conference, referentes de 13 países latinoamericanos: Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Colombia, Honduras, El Salvador, Panamá, Guatemala, México, Costa Rica y Ecuador, representantes de ministerios de Educación, secretarías de Educación, universidades.
Además, viajó un grupo de 19 integrantes de la Red Iberoamericana de Jóvenes Ana Frank (RIJ) provenientes de siete países latinoamericanos, todos ellos ganadores de concursos literarios y proyectos promovidos por el CAFA. Se sumaron a este grupo cinco representantes de distintas religiones que llevaron adelante el programa «Sumando Voces»: Leonardo Félix (iglesia metodista), Omar Abboud (referente del centro islámico), Francisco Canzani (congreso episcopal de Argentina), Carlos White (movimiento católico de los focolares) y Silvina Chemen (rabina comunidad Bet El).
El programa de la Delegación Oficial del Centro Ana Frank incluyó la visita a museos y la participación en charlas con personas que han tenido experiencias significativas tanto en la Segunda Guerra Mundial como en la actualidad. Los grupos conocieron la Casa de Ana Frank, el Museo de la Resistencia, Museo del Holocausto, la Corte Penal Internacional, el Palacio de la Paz, Topografía del Terror, el Museo del Ex Campo de concentración Bergen Belsen, Sachsenhausen y la Casa de la Conferencia de Wannsee. Además, participaron de eventos oficiales en Ámsterdam, en la Casa de Ana Frank, en la Residencia de las Embajadas en los Países Bajos, en La Haya y en Berlín, con presencia de autoridades nacionales, municipales, cuerpo diplomático y de las cortes.
«El Mundo necesita líderes y lideresas que promuevan sociedades justas y pacíficas, formadas a través de la memoria histórica, donde se evite repetir sucesos que marcaron con grandes heridas a diversos grupos étnicos», comentó luego de la experiencia la docente Vivian Fernández, de Costa Rica.
Por su parte, Mariela Bravo, docente de Chile, opinó: «Dentro de esta experiencia hemos recorrido distintos lugares, que vienen a nutrir nuestros quehaceres en nuestros países de procedencia, no cabe duda que es distinto plantear la necesidad de la justicia habiendo presenciado un campo de concentración, y estoy segura de que la efervescencia aumenta al hablar de paz luego de haber conocido profundamente la resistencia holandesa, porque las ambivalencias disminuyen y el compromiso aumenta cuando nuestras acciones están inspiradas en la pedagogía de la memoria y la pedagogía de la esperanza.
Como representante del grupo de jóvenes, Martina Pavón, de Bella Italia, Santa Fe (Argentina) comentó: «Fue una experiencia que me permitió entender el pasado, comprometerme con mi presente y motivarme para llevar a cabo acciones en mi propio contexto para crear futuro. Un viaje repleto de enseñanzas y cargado de emociones, para siempre en mí».
