El 26 de marzo el Centro Ana Frank Argentina para América Latina (CAFA) organizó un homenaje a Sara Rus, fallecida en enero pasado. Durante estos 15 años del CAFA en Buenos Aires, Rus participó de diferentes actividades, brindó su testimonio a jóvenes guías del Museo, generó conciencia y empatía a través de sus palabras.
Destacando el valor de los relatos para construir memoria, el CAFA invitó a su sede (en Superí 2647) a personas cercanas a la sobreviviente del Holocausto y Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
Entre los oradores que narraron sus historias con Sara estuvieron Vera Jarach y Clara Weinstein, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Héctor Shalom, director del CAFA; Silvina Chemen, directora de publicaciones del Centro Ana Frank; Eduardo Feller, documentalista y director del film sobre Rus La memoria y después; Jacqueline Gies (desde Berlín), nieta del genocida nazi Robert Gies e investigadora; Jonathan Karszenbaum, director del Museo del Holocausto; Ronald Leopold (desde Ámsterdam), director de la Anne Frank House; el juez Daniel Rafecas; Natalia Rus, hija de Sara; Paula y Alejandra Scheinkopf, nietas de Sara; y Sergio Torres, actual Presidente Suprema Corte de Justicia Provincia de Buenos Aires. También participó Julieta Menéndez, una joven guía del Museo que habló del significado que tuvo para ella escuchar los testimonios de Rus en su formación.
Las palabras de Jarach fueron fundamentales en este encuentro: “El Centro Ana Frank es el lugar más indicado para hacer este homenaje a Sara. Tuve siempre una enorme admiración por su fortaleza, que la condujo por todos los caminos de su vida, por todas sus tragedias.”
Además, Jarach habló de lo que las unía con Rus: “Hay paralelismo en nuestro recorrido de vida. Ella tuvo una historia mucho más dura que la mía porque sobrevivió a Auschwitz. Pero ambas vivimos en el siglo pasado los dos mayores genocidios del siglo XX. Nos marcaron el horror pero también el gran empeño que pusimos en testimoniar sobre estas grandes tragedias e injusticias.” Y concluyó: “Ahora que somos pocas las viejas, tenemos que dejar un legado. Sara supo vivir, sonreír y estar. Además está acá con nosotros. Siempre presente, como decimos de nuestros desaparecidos. Ahora y siempre.”
Por su parte, Shalom recordó el rol protagónico que tuvo Rus en el encuentro de familiares de genocidas nazis que organizó el Centro Ana Frank en Argentina en 2019. Entre las personas que se acercaron estaba Jacqueline Gies, nieta del genocida Nazi Robert Gies e investigadora de su historia:
“Le conté a Sara de este encuentro y ella dijo inmediatamente que quería abrazar a Jacqueline. Sara abría una puerta enorme, creaba una experiencia conmovedora y recordaba que la responsabilidad de la memoria también deben asumirla los familiares de los genocidas que están dispuestos a vivir su vida con dignidad”
Torres, por su parte, habló del rol de Rus en la causa ESMA, la cual tuvo a su cargo: «Sara deconstruyó el concepto de víctima y lo transformó en luz. Tengo muchas historias con ella pero quiero reforzar esta mirada desde la luz, porque en la causa ESMA había mucha oscuridad; ella transformaba la historia».
Nacida en 1927 en Polonia, Rus vivió el horror del nazismo cuando fue deportada a Auschwitz. En 1948 llegó a Buenos Aires, donde nacieron sus hijos Daniel y Natalia. Sin embargo, en 1977, durante la Dictadura Cívico Militar, Daniel fue secuestrado y desaparecido. A partir de ese momento, se unió a la lucha de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, que trasciende generaciones.
